sábado, 25 de noviembre de 2017

La libertad es el derecho de TODAS las mujeres saharauis.



Hay por ahí un grupo llamado "La Libertad es su Derecho" que pide que se libere a las "mujeres retenidas contra su voluntad" en Tinduf.
Lo primero que me llama la atención es el número de mujeres que según ellos están retenidas, porque dan varios nombres, pero hablan de más de 50 casos, aunque sin más detalle (es lo mismo que hacen algunos comentaristas y periodistas marroquíes, aunque estos varían el número cada día, hoy son 50 y mañana 300, para volver de nuevo pasado mañana a 50).
La cuestión es que si que es cierto que hay casos de problemas familiares, yo conozco tres concretamente, donde las costumbres y tradiciones crean situaciones no deseables, algo que ocurre en otros sitios, no solo en los campamentos de refugiados, que es lo que no debería existir, los campamentos de refugiados. A ver si se enteran algun@s de l@s salvador@s de la humanidad que intervienen en ese grupo, y que actúan como neocolonialistas, sin tener en cuenta la raíz del problema, como si el Sáhara Occidental no estuviera ocupado.
Pretenden convertir problemas familiares derivados de costumbres y tradiciones que no se pueden obviar ni eliminar de un plumazo en cuestiones políticas, lo cual no beneficia ni a esas mujeres ni al resto de las mujeres saharauis, solo al ocupante ilegal. Si, problemas familiares, y quienes se olvidan del conjunto, o están fuera de la realidad y no entienden que "su niña" es una más de las otras MILES de mujeres que están en Tinduf y quisieran estar en su tierra, que es donde deberían estar y donde tienen DERECHO a estar. Tampoco dicen nada de las MILES de mujeres maltratadas, violadas, golpeadas a diario o despreciadas de cualquier manera día si y día también en los TTOO.
La libertad es el derecho de TODAS las mujeres saharauis.

viernes, 27 de enero de 2017

La abuela.

"La abuela estaba sentada directamente en el suelo. Era verano, hacía calor y el sol se había retirado tras el horizonte. Los niños, sus nietos y otros vecinos, la rodeaban y escuchaban sus historias. No contaba fábulas o relatos de animales, su pensamiento era otro. Emocionada, le vinieron a la mente los momentos de su juventud, cuando participaba junto a sus compañeras de lucha clandestina. Recordó el día que recogió a sus pequeños hijos y abandonó aquella ciudad a la que tanto quería, al verse rodeada de gente extraña. Revivió el miedo a los bombardeos y el enfrentamiento directo con la muerte. La huida a ninguna parte en un tumulto de personas desconocidas. La llegada a una tierra seca y parda sin principio ni final donde tuvieron que establecerse. Sintió en su corazón el dolor por la pérdida de personas queridas. Cuando sus ojos se vieron traicionados por las lágrimas, miró de frente a los niños y con la fuerza de las mujeres saharauis, señalando el horizonte, les dijo: “allí, hacia el oeste, está vuestro país”.-Bachir Ahmed Aomar